Pero esa sensación de salir al campo a regar, preparar o recoger y ver la gente llegar, animar y creando poco a poco ese ambiente de futbol tan chulo, no tiene precio ni se puede describir con palabras, hay que vivirlo.
Lo mejor, que el equipo respondió y en todos esos partidos conseguimos la victoria que nos acercaba, paso a paso al objetivo, al reto, a la élite.